lunes, 31 de octubre de 2016

Don Pedrito




Cuando yo era niña, pocas eran las panaderías del pueblo. La gran panadería La Modelista, de Don Francisco Parra, elaboraba una gama de exquisitos panes, los cuales salía a vender don Pedrito Linero en una bicicleta con unas canastas a los lados. Recorría sabiamente las calles ofreciendo pan de avena, catalinas, cordatos, pan de taburete o rebanadas, los cuales eran ansiados por todos para la famosa merienda de las tres de la tarde con guarapo. Fue un hombre honesto y trabajador que supo ganarse el cariño y respeto del pueblo villacurano.

CARMEN MUÑOZ DE GONZÁLEZ
lavalijadeneycar@gmail.com

San Tomé y los apodos









En muchas comunidades pequeñas, la mayoría de sus habitantes suele reconocerse entre sí a través de apodos. Estos nacieron bien sea en la escuela, el  liceo, la plaza o las canchas. Fueron los años dorados de las décadas de 1950, 1960 y 1970. Mi pueblo, San Tomé (Anz), por supuesto, no fue la excepción.

Ponerle apodo a alguien era lógica segura encasquetárselo a toda la familia del elegido. Así las cosas, fueron muchos a los que se los conoció por un sobrenombre bien particular; incluso, prevalecía tal apodo por encima del nombre de pila o apellido de la “víctima”: Babucha, Carachana, Bola de Humo, Malasangre, Socorolo, Agua’e Vaca, Cara’e Buzo, Tragabala, Matagallo, entre muchos otros que recuerdo.

Aunque también fueron muchos los que se salvaron de nuestra barbarie lingüística y conservaron sus apodos naturales, como Catire Iriza, Toño Morales o Cheo Carrasquel, hubo quienes no tuvieron apodo alguno, como los hermanos Héctor y Víctor Thomas, la familia Heredia, los Navarro o los Melchor.

Fue aquella una época en la que todos nos tratábamos con sana camaradería, e igual disfrutábamos una velada en el Club Centro San Tomé con Los Melódicos y Billo’s que con los grupos El Nuevo Clan o Los Caribbean Boys, de El Tigre.

Hoy evoco con afecto a todos mis paisanos, incluso a quienes ya han traspasado el velo de la eternidad. Hacia ellos y a sus familias, mis respetos y consideración.

SAÚL JOSÉ MOSQUEDA P.

sajomopa@gmail.com

Cuentos de mamá Luisa



Una mañana como cualquier otra, nos levantamos tempranito para ir a San Sebastián de los Reyes mi abuela mamá Luisa, mi tía Kakan, mi madre Nina, mi tía, su esposo y mis tres primas. Era un viaje corto desde Caracas, pero largo para mí. Teníamos una casa pequeña a donde llegábamos casi todos los fines de semanas. Era alquilada para vacacionar.

Nuestros vecinos, el señor Rosendo y su esposa e hijos, siempre nos esperaban con alegría, con los brazos abiertos, como somos todos los venezolanos, alegres, dispuestos, amantes de las cosas sencillas: hamaca, café, arepas de maíz, sancocho y río. Y allí empieza mi cuento. Yo tenía unos 9 años, era muy delgada para mi edad , era de poco comer –como dicen, solo pasta, galleticas y golosinas–.Sopa, por favor, no me gustaba.

Ese día nos preparamos para ir al río, cerca de la casa de nuestro querido Simón Díaz, en el paso de los indios, como lo llamaban, en la camioneta de mi tío Francisco. Montamos todo para el hervido. Yo feliz, pues nos esperaba un maravilloso río, frío y cristalino; el olor de las matas, las piedras, ver pececitos pequeños, todos reunidos. Eso no tiene precio.

Se llevaron una lata de manteca, tomaron agua de río, se cortó las verduras con esmero, el pollo y las costillas. Cuando me llamaron a comer, me negué diciendo que no tenía hambre, que me había llenado el estómago con refrescos, y frutas. De vuelta a la casa , mi abuela
muy preocupada, sin cambiarse, aún con su cabello largo recogido, mojado, fue a calentar la sopa. Me la sirvió y comencé a jugar con la cuchara en el plato, con lo que llegué a colmar la paciencia de mi dulce abuela: “No comas que te van a llevar las hormigas, te vas a desaparecer”. Acto seguido, con los ojos cerrados, me dispuse a comer rápidamente. Uno es ingenuo a esa edad y yo me imaginé un ejército de hormigas comiéndome.

Aún me río del susto que llevé. No quería comer ese día, yo sentía que el río no es lugar ni para cocinar ni para comer porque uno se pierde la diversión y las horas pasan rapidito.

MARTHA GARCÍA

marthamila@hotmail.com




miércoles, 26 de octubre de 2016

Bote de agua en El Valle

María Teresa Yépez de Rada En la avenida principal de El Valle (DC), a la altura de la Estación de Bombeo Manuel Sanabria de Hidrocapital, está un bote de aguas blancas desde hace varios meses. En varias oportunidades hemos conversado con las personas que allí laboran para solicitarles que hagan los correctivos, pero hasta ahora no han hecho nada al respecto.


MTYEPEZ@USB.VE

Yo tenía una luz

José Durabio Moros. Recientemente CorpoCapital, un ente adscrito a la Alcaldía de Caracas, culminó con éxito la instalación de ascensores nuevos para todos los edificios del Complejo Parque Central, en Caracas. Ascensores chinos de alta tecnología, silenciosos y serenos, dignos de primer mundo. Inclusive hay asesoría permanente de los técnicos de China que están aún en el país con la finalidad de atender cualquier novedad que se presente.
CorpoCapital a su vez asignó operadores para atender su funcionamiento, una medida que, además, mejora el aspecto de vigilancia para la buena conservación de estos aparatos de última tecnología, y de manera indirecta es algo que significa una ayuda para el nuevo sistema de prevención y seguridad que hay en el complejo.
Ha pasado poco más de un año de la culminación de la instalación de estos magníficos ascensores y ya observamos cómo algunos de ellos están fuera de servicio. Inclusive, se nota que los han deteriorado por dentro y hasta les han robado las pantallas de video arrancándoselas de cuajo. Es una situación demasiado lamentable ver cómo se pierden tan rápido estos esfuerzos tan costosos en dinero y en horas hombre.
Es difícil evitar el vandalismo en este suburbio urbano y en una sociedad como la de Caracas donde la cultura y la educación se han venido un poco a menos en los últimos años, entre otras cosas dada la avalancha humana descontrolada que ha entrado al país, que se ha instalado en las ciudades y que en Caracas, en su gran mayoría, vive en las extensas zonas no planificadas que la rodean, donde imperan la insalubridad, el desorden y el feo paisaje, germen de la delincuencia.
El aislamiento de los grupos urbanos organizados es lo que va quedando, dada esta patética realidad, como efectivamente vemos en los urbanismos de Caracas, que se han cerrado.
Pero Parque Central extrañamente no ha adoptado ninguna medida en este sentido y permanece abierto las 24 horas del día, con decenas de entradas y salidas libres y otro tanto de zonas solitarias y de baja circulación, que es precisamente por donde escapan los vándalos causantes de los deterioros  y de los atentados contra la gente.
Se hace imperioso planificar un eficiente sistema de control para este complejo desde una visión universal que derive en todos los detalles, y tomar acciones. De lo contrario, veremos el decaimiento moral del personal de mantenimiento y de vigilancia de la Alcaldía de Caracas al ver que sus esfuerzos son casi que inútiles, y veremos también la desmoralización de sus habitantes, un conglomerado humano con luchas de vieja data y que creyó ver por fin la luz con la incorporación de CorpoCapital, una luz que se viene apagando poco a poco.


Visita divina


Roczibely del Valle CarrascoFue toda una aventura, ya que en mi primer viaje como invitada por mi grupo parroquial a peregrinar nunca imaginé que fuera una experiencia inolvidable. Fue curioso que el primer día tuve una sorpresa que al principio no fue de mi agrado, ya que fue usurpando
poco a poco mi atención, robándose mis sueños y burlándose de mi cansancio.
No me dejaba en paz. Al principio, lo veía algo tedioso, y aunque su compañía provocaba en mí ciertas inquietudes, trataba de que no me afectara lo suficiente. Por las noches era su visita muy usual y creo que insistente.
Yo no soy de las que creo en espíritus, ya que me causan cierta incomodidad. Sin embargo, al transcurrir los meses de haber hecho el mencionado viaje, conversando con un profesor y comentándole lo sucedido, su comentario me causa cierta alegría y nostalgia, pues me comenta que esas visitas son espíritus divinos, son almas protectoras. Al recordar que he pasado por fallecimientos en mi familia, se me hizo fácil asimilarlo y creer que eran cosas de Dios, y es así como defino esa sensación que al principio no fue nada agradable a algo totalmente hermoso y divino, es así como llamo a esa mariposa amarilla porque así se llama mi gran visita divina.

roczi.carrasco@gmail.com

Un ídolo inolvidable

Jean Carlos Bastardo. Recuerdo que cuando niño me encantaba hacer travesuras, era muy inquieto y curioso. Un día, revisando un pequeño baúl de recuerdos de mi mamá, me topé con unos discos de un cantante famoso, tomé uno al azar y me dispuse a escucharlo…Comienza la canción, un poco suave, luego una voz empieza a cantar con mucha emoción; sus palabras eran versos para mis oídos y sus sentimientos los sentí como si fueran míos. Era una ráfaga de brisa fresca, el rocío del amanecer, un hermoso pajarillo extendiendo sus alas volando libremente por el cielo.
Nunca llegué a conocerlo en persona, solamente escuchaba sus canciones e incluso aún adulto las sigo escuchando. Mi infancia transcurrió en jugar y tararear las canciones de Alberto Aguilera Valdés, mejor dicho, Juan Gabriel.
Muchos, al igual que yo, crecimos con sus canciones, comprábamos los discos y le subíamos el volumen a la radio para oír sus temas. Abrázame muy fuerte, Hasta que te conocí, No tengo dinero y Yo te recuerdo, entre otras muchas más, fueron letras que nos hicieron reír, llorar, amar, perdonar, cantar y soñar. Sí, imaginar que lo que uno desea sí puede hacerse realidad; que a pesar de los obstáculos de la vida, Dios nos tiene grandes planes.
Que suenen las cuerdas de la guitarra y la melodía sublime del violín para despedir tu alma. Alberto, el cielo te abrió sus puertas por ser una persona generosa y con mucha humildad.
Canta Juan Gabriel, canta, ya que el escenario perfecto es el edén del Señor, con sus impolutas nubes, el vuelo de las palomas blancas, el canto de sus ángeles y el luminoso sol.
Yo quiero agradecerte a ti todo lo que me has dado. Cuando miremos hacia el cielo, cada estrella
que aparezca son los “te quiero” que dedicamos a nuestros seres queridos gracias a tus letras… Adiós, Juan Gabriel.

yanky2001@hotmail.com

miércoles, 19 de octubre de 2016

Recojan el árbol caído

En la avenida El Cortijo, entre la avenida Roosevelt y Leoncio  Martínez de Los Rosales, al lado  del liceo Humberto Parodi (DC),  hay un árbol caído, el cual entorpece el libre tránsito tanto de peatones como de vehículos. Está allí desde el pasado 18 de septiembre, y pedimos a las autoridades competentes que tomen las medidas a que haya lugar para que despejen la vía.
OTONIEL DORANTE

otonieldorante@gmail.com

Contrastes de mi país

Venezuela, la tierra que me vio nacer y a la que respeto y amo, es definitivamente variopinta y está llena de contrastes. Unos maravillosos, otros no tanto, y es eso quizás la razón por la que personas como yo hemos decidido seguir luchando y no abandonarla, a pesar de tener un abanico de oportunidades en otras latitudes.

Mi país cuenta con abundantes riquezas naturales, con diferentes tipos de climas, hermosas costas y playas. Sin embargo, no se ha desarrollado a plenitud el tema del turismo, y en los lugares donde tenemos algo, generalmente la atención al visitante es pésima.

Somos una nación productora y exportadora de petróleo y,  a pesar de ello, nuestras carreteras y autopistas son precarias y están llenas de huecos. Tenemos grandes reservorios hídricos y mucha de nuestra población no tiene acceso al agua. Contamos con un marco legal moderno, con reconocimiento de derechos y formas para la participación ciudadana, pero vemos a diario como muchos violan las leyes de manera flagrante y sin castigo.

Tenemos un suelo bendito, donde gracias al clima podemos  producir toda clase de siembra, pero vemos abandonados nuestros campos y los anaqueles de los mercados están llenos de productos importados.

Necesitamos políticas públicas que puedan brindarles a todos los ciudadanos las herramientas básicas para satisfacer sus necesidades a fin de lograr la tan anhelada calidad de vida, pudiendo reducir de esta forma la gran brecha entre la pobreza y la estabilidad económica, dicho sea de paso, tema que nos obliga siempre a preguntarnos ¿por qué, si somos un país tan rico, somos tan pobres? Pero sobre todo, nuestro país está lleno de gente talentosa y emprendedora, luchadora, guerrera, valiente, que no le teme a  las dificultades, y, por sobre  todas las cosas, orgullosamente capaz.

Venezuela es un país de contrastes donde el mar, la nieve, desiertos, las montañas y pantanos se entremezclan para dar origen a un país inolvidable; valóralo, respétalo, lucha por él, ahora más que nunca nos necesita.

MANUELA ORTEGA
Lic. en Administración
Gerente Hotelera

manuelaortega26@hotmail.com

martes, 18 de octubre de 2016

La propina y el cafecito

La propina, según señala la Real Academia de la Lengua Española, es una “gratificación pequeña con que se recompensa un servicio eventual”. En nuestro país, a lo largo y ancho del territorio, este concepto está bien definido y/o arraigado en las costumbres que nos identifican; no obstante, su esencia tiende a desvanecerse  a estado óbito, toda vez que el mismo tenía su representación referencial en concatenación con el costo de un café, de tal manera que, cuando se daba una propina, cordialmente se le decía a quién la recibía: “Ahí tiene para un cafecito”, en el entendido de que con la propina el servidor podía adquirir uno o dos cafecitos, según el monto de lo recibido.

En la actualidad, dar una propina a un mesonero, o al servidor de gasolina en una estación de servicio vial, representa de 400 a 800 bolívares como mínimo, que es el costo de un café, cantidad que difícilmente alguien pueda desprender de su peculio bajo ese concepto. A menos que ostente un caudal de capital considerable para el  momento. Es bueno señalar que la propina la entregaban en su mejor tiempo obreros, trabajadores públicos, maestros y cualquier empleado de entidad bancaria, sin que ello afectara su módico presupuesto; es decir, su costo estaba bien representado y constituía un efecto de agradecimiento y compromiso que garantizaba con seguridad, que ese mismo mesonero o despachador de gasolina nos brindaría un servicio posterior cordial.

En la actualidad resulta bochornoso y sin sentido dar una propina de 10, 20 o 50 y hasta 100; este último el billete de mayor denominación de nuestro signo monetario, porque con ello no se adquiere ni una anhelada y apetitosa golosina, ni mucho menos el tradicional cafecito; por lo tanto, la propina como tal se desvanece al término  de desaparecer, como signo de cortesía entre servidor y  servido.

JOSÉ RAFAEL ÁLVAREZ
Hab de El Paraíso, DC

El calvario de quienes venden comida

Se  dice que necesitamos una sociedad de productores, porque produciendo seremos lo que nunca hemos sido y debemos ser. Pero hay productores que están viviendo un drama.

Las familias que elaboran y venden comida viven un calvario con esta inflación y desabastecimiento. Los que procesan alimentos y los convierten en tortas, arepas rellenas, yogurt, helados, jugos, pastelitos y otros productos terminados, están por desaparecer por falta de insumos o porque al conseguirlos al costo de “bachaqueo” y en las cantidades que necesitan, toca incrementarel precio de venta. Y, en consecuencia, la demanda baja.
                                                          
Si bien las medidas que ha tomado el Estado están orientadas a que cada familia reciba sus alimentos, es hora de atender este tipo de emprendimientos, porque si estas familias no venden sus
productos, ¿cómo sustentan sus ingresos? Liderados en su ayoría
por mujeres, estas empresas con creatividad inventan como  sustituir una materia prima por otra, pero hay cosas que no se pueden sustituir y entonces el negocio se complica.

En 2014 se anunció la creación del Pdval al mayor, iniciativa que buscaba proporcionar productos a pequeños comercios alimenticios del país. Pero de esto nada más se ha hablado.
Tampoco se han creado los enlaces con productores privados para que abastezcan a estos  negocios. Sobre todo con  los pequeños y medianos emprendedores del campo y el mar, quienes, seguramente,  también querrán ubicar sus cosechas y pescados en comercios de este tipo.

La economía es un flujo que  debe drenar toda la sociedad, así como la sangre drena el músculo, si no, viene la gangrena y muere el tejido por falta de riego. Igual sucede con la economía.


PEDRO SANDOVAL

martes, 11 de octubre de 2016

La narrativa a través del ensayo fotográfico



La palabra "ensayo" tiene su origen en el idioma francés "essai" que implica una prueba, y una tentativa. Cuando relacionamos la palabra ensayo con el aspecto literario el significado lo relacionamos directamente con una prueba, un reconocimiento o un examen de nuestros pensamientos. 

Entonces, el ensayo literario es un escrito en el que el autor refleja la forma en que su pensamiento discurre y así lo interpretó el Conde Michel Eyquem de Montaigne (1533 - 1592) quien fue un reconocido filósofo, escritor, humanista, moralista del Renacimiento y especialmente el creador del género literario conocido en la Edad Moderna como Ensayo Literario.

Es de ahí la similitud entre el término "ensayo" cuando lo relacionamos entre el género literario y el nuevo género del fotoperiodismo, en donde la fotografía es un medio de comunicación que transmite y expresa ideas a través de un proceso que implica una emisión pero también una interpretación. Es así entonces, una expresión visual, basado en un sistema comunicacional no verbal, y totalmente interpretativo a través de la óptica.

Pero cuando nos permitimos utilizar a la imagen fotográfica como un elemento de expresión de ideas de la misma manera que usamos las palabras a través de la literatura, podemos entonces interpretar al Ensayo Fotográfico como la "obra" constituida por un número de imágenes con un estilo consistente, estructurada con una intención muy clara que permite dar un discurso a través del lenguaje óptico fotográfico.

En Venezuela a finales de los años 70 y en la década de los 80 un buen grupo de fotógrafos se permitió desarrollar nuevas propuestas a través de las imágenes utilizando el estilo del ensayo fotográfico, mediante el cual desarrollaron las técnicas que examinaron el pensamiento inmerso en el mensaje de protesta y de la conciencia social del venezolano. Estas obras fotográficas nos narraban historias de una profunda realidad social, en donde los afectados estaban siendo ocultos tras el manto de la indiferencia de la explotación y el abuso.

Entre los fotógrafos ensayistas venezolanos más destacados de este género están Federico Fernández, Luis Brito, Vladimir Sersa, Alexis Pérez Luna, Alejandro Vásquez y Esso Álvarez.

MARTÍN USTÁRIZ
Fotógrafo Ensayista y Documentalista
ustariz@gmail.com

lunes, 10 de octubre de 2016

Reubiquen las barras para hacer ejecicios

En la plaza de los 2 liceos de la  parroquia San José (DC), hay tres máquinas para hacer barras, pero que  son utilizada por los escolares como arcos para jugar futbolito. Hacemos un llamado a la Alcaldía de  Libertador o al consejo comunal para que estudien la posibilidad de reubicarlas en la parte de arriba de la misma plaza, donde hay una sola máquina y acude mucha gente a hacer ejercicios todos los días, así serían  mejor utilizadas.

SANDRO CABANA RAMOS

Néctar del amanecer



Quien bebe café en casa temprano tiene fe en el día que comienza. Pareciera que la unión de estas dos palabras se convirtió en una bebida mundialmente degustada apenas el sol levanta por Oriente. Café y amanecer.


No sé quién inició esa costumbre, pero el café, además de su excelente sabor, su excelente aroma y sus condiciones energéticas, tiene el poder de la convocatoria, de la reunión. Si pensamos reunirnos, es común decir: Vamos a tomar un café, porque el café invoca la tertulia, la congregación.


 La relación del café con el amanecer nadie la decretó, pero apenas el alba se anuncia, en la mayoría de los hogares o cafés públicos, se sirve esta especie de Néctar del Amanecer. El café, en cierta forma le canta al sol, al amanecer. Es la bebida espirituosa preferida del mundo al despuntar el día.


 A pesar de su tono oscuro, unánimemente nadie siente racismo por él. Si algún varón dice: “A mí me gusta un buen negrito”, se puede pensar mal de su hombría. Es muy distinto si así se expresa una mujer: “A mí me encanta el negro al amanecer, al mediodía, y en la noche así me quite el sueño”.


Si lo expresa delante de su marido, este puede pensar que le están poniendo cuernos. Pero ella aclara: “Mi amor, me estoy refiriendo al café”. Y le agrega: ¡No me vas a decir que tú no has probado un buen negro bien caliente al amanecer! El marido responde todo incómodo: Si te refieres al café, sí.


 ¡Bienaventurado sea el café!



Artemio Cepeda Fernández

martes, 4 de octubre de 2016

Vehículos mal estacionados

En los alrededores de la entrada del teleférico Waraira Repano, en el sector Maripérez (DC), se encuentra una gran cantidad de buhoneros, la gente hace sancochos en plena calle y usan las aceras  como estacionamiento.Necesitamos que las autoridades se hagan responsables, pues eso afecta a nuestra comunidad y a los transeúntes. 
 


Yusleiny Aristiguieta
@Loisinet