jueves, 27 de diciembre de 2012

La responsabilidad de un adulto en plena niñez


La mayoría de los adultos añoramos nuestra infancia y quisiéramos volver a ella porque suele ser una dulce etapa de juegos, risas y mimos, en la cual por lo general nuestras mayores preocupaciones son estudiar y realizar nuestras tareas, así como también colaborar en la ejecución de alguna actividad sencilla en el hogar.
 Es por ello que cuando vemos a un niño que trabaja arduamente, desearíamos quitarle el peso de esa labor y poder verlo jugando cómoda y seguramente en su casa, viendo televisión, o paseando con sus padres; en otras palabras: disfrutar de su niñez, a la que lamentablemente no podrá volver cuando crezca, pues este es un período que transcurre, como quien dice, "volando".
Observamos cómo algunos niños comparten la actividad escolar con la laboral, donde las funciones más comunes que realizan son de empaquetadores en los mercados y de vendedores, en especial vendedores ambulantes que suben a los autobuses y al metro a ofrecer chucherías u otras mercancías.
 Si para un adulto estudiar y trabajar puede ser agotador, para un niño lo es más.
Subir y bajar constantemente de un autobús a otro, de una calle a otra, puede ser además peligroso, pues se debe enfrentar constantemente el peligro de ser arrollado por un vehículo, o de ser asaltado y perder el dinero fruto del trabajo realizado en un día entero.
Sin contar con el agotamiento físico, la sed, el hambre, el cansancio de estar de pie en constante movimiento, bajo el inclemente sol o la fuerte lluvia. Y cuando por fin el niño regresa a casa debe realizar sus tareas o estudiar para un examen, si el cansancio y el sueño no lo vencen antes o en el intento.
Por suerte el número de niños que realizan esta actividad ha disminuido últimamente, y se han incrementado los parques y los espacios deportivos en nuestra ciudad donde podemos verlos jugando y ejercitándose alegremente, o simplemente disfrutando de la sencillez de pasear sin mayores preocupaciones. Procuremos que nuestros niños desenvuelvan las actividades propias de la niñez y se dediquen al trabajo a su debido momento.
Tania Pacheco
Licenciada en letras
taniapacheco21@gmail.com

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